Realidades ignoradas
Hagamos un ejercicio simple.
Mirando la foto que ilustra la nota,
imaginemos que tenemos que vestir a éstas dos personas desnudas.
Se nos dificulta pensar a quién vestiríamos de hombre y a quién de mujer?
De qué depende nuestra elección de ropa?
Estas dos personas son reales.
Viven como usted
y yo, en el mundo real, y cumplen roles específicos con relación a lo que son.
Y qué
son?
Si los viéramos vestidos, quién diríamos es hombre y quién mujer?
En qué cambia la realidad de estas dos personas, su realidad como lector de este artículo?
Si los viéramos vestidos, quién diríamos es hombre y quién mujer?
En qué cambia la realidad de estas dos personas, su realidad como lector de este artículo?
Si pensamos que se trata de casos aislados, lamentablemente caemos en error. Y esta foto muy esclarecedora nos hace ver que aquella pequeña porción de nuestro cuerpo que se encuentra en la entrepierna, es tan solo un detalle.
Y de la importancia que le atribuimos a
“ese detalle” parecen depender muchas cosas, cosas con la fuerza suficiente
para influir en la existencia, breve si lo es, la humana, de otras personas.
Y no olvidemos que técnicamente, lo que se encuentra en esa región del cuerpo, no constituye más que un elemento cuyas principales dos funciones son reproductiva y como vía de desecho de fluidos.
Y no olvidemos que técnicamente, lo que se encuentra en esa región del cuerpo, no constituye más que un elemento cuyas principales dos funciones son reproductiva y como vía de desecho de fluidos.
Entonces, tiene importancia saber qué tiene el otro allí abajo?
Probablemente alguien dirá que sí. Alguien pensará que a la hora de buscar pareja, para formar una familia, Sí es importante.
Y entonces, qué es una pareja?
Qué constituye una buena familia, no una del montón, una buena?
Los hijos de una pareja, necesariamente tienen que ser naturales?
Qué constituye la paternidad y la maternidad?
En esta nota hemos vertido muchísimas preguntas. Para que usted y yo podamos pensar y meditar las respuestas.
Respuestas cuya virtud consta en que abren puertas y despejan caminos, propios y ajenos.
La condición humana es verdaderamente excepcional.
Excepcional y fascinante.
Y como afortunadamente, la especie a la que pertenecemos, a diferencia del resto, cubre su cuerpo, que estupenda oportunidad de poder trascender lo meramente físico e internarnos en lo que verdaderamente importa.
Y como afortunadamente, la especie a la que pertenecemos, a diferencia del resto, cubre su cuerpo, que estupenda oportunidad de poder trascender lo meramente físico e internarnos en lo que verdaderamente importa.
Dafne Muschnik
Sábado 08 de Agosto, 2016 / 08:31 hs
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